Entrega del XLIII Premio Iberoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez por el Poemario La Maleza.
Algunos poemas del libro "Resabio de las fiestas"
Cuidado con los mensajes
decía el botellero
antes de arrojarse al mar.
...........................................................................
Después de mí
habrá más crema
más pasteles
más pájaros
más días azules
más calesitas.
Habrán más noches
más playas
más guitarras
más casas con techos rojos
más fotos
más poesía.
Después de mí
más hombres
más mujeres.
Disfrútame
como lo único
que no habrá
después de mí.
...........................................................................
El la desarma
como a un juguete,
con sádica curiosidad,
torpemente.
El la rompió
para entenderla.
...........................................................................
El cuerpo de una mujer
se despereza dentro suyo.
Sonríe plácidamente
como quien se atreve a lo inesperado.
Algunos de sus muertos
acuden a corregirle la sonrisa.
...........................................................................
Ella duerme violenta
como un relámpago resucitando.
Ella despierta desnuda y atea
dando grandes motivos
para creer en dios.
Ella camina con dificultad
y renuncia al café que hierve
perfumando la cocina.
Ella lee en su mano
un recordatorio que dice:
“Olvida despertar”.
...........................................................................
Me chequeo.
Los ojos en los ojos.
Las manos en las manos.
Todo parece estar
en su correcto lugar
y sin embargo
no dejo de tener la sensación
de que parece.
decía el botellero
antes de arrojarse al mar.
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Después de mí
habrá más crema
más pasteles
más pájaros
más días azules
más calesitas.
Habrán más noches
más playas
más guitarras
más casas con techos rojos
más fotos
más poesía.
Después de mí
más hombres
más mujeres.
Disfrútame
como lo único
que no habrá
después de mí.
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El la desarma
como a un juguete,
con sádica curiosidad,
torpemente.
El la rompió
para entenderla.
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El cuerpo de una mujer
se despereza dentro suyo.
Sonríe plácidamente
como quien se atreve a lo inesperado.
Algunos de sus muertos
acuden a corregirle la sonrisa.
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Ella duerme violenta
como un relámpago resucitando.
Ella despierta desnuda y atea
dando grandes motivos
para creer en dios.
Ella camina con dificultad
y renuncia al café que hierve
perfumando la cocina.
Ella lee en su mano
un recordatorio que dice:
“Olvida despertar”.
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Me chequeo.
Los ojos en los ojos.
Las manos en las manos.
Todo parece estar
en su correcto lugar
y sin embargo
no dejo de tener la sensación
de que parece.